1. Tu ropa: cuando denunciamos acoso callejero solemos recibir un “pero mira cómo andabas vestida”, pero ¡hey! ¿Acaso deberíamos vestirnos diferente para evitar estas situaciones? ¡Obvio que no! La culpa no es nuestra, poco importa si vestimos peto y minifalda o abrigo y beatle, porque la ropa que escogemos NO da derecho a faltarnos el respeto.

En simple, cuando queramos su opinión, se las vamos a pedir.

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2. La hora del día: las mujeres somos libres de caminar por la calle a CUALQUIER hora. Hasta donde sabemos, no existe el toque de queda femenino, por lo que no importa si son las ocho de la mañana, la hora de almuerzo o las tres de la madrugada, que nunca te vuelvan a decir:  “es que no son horas de andar en la calle”.

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3. Lo que has consumido: El haberte tomado un trago o tres o diez no es en ningún caso una invitación a recibir acoso ni ningún tipo de violencia machista.

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4. Caminar sola o con una amiga: muchos se equivocan al pensar que cuando dos mujeres van caminando “andan solas”, porque se ha cultivado la idea de que sólo un hombre puede “acompañarlas y protegerlas”. ¡No, definitivamente no! Las mujeres también nos acompañamos entre nosotras o podemos sentirnos seguras estando solas. Ver a una chica sola o con sus amigas NO es una “oportunidad” para acosar a una persona.

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5. El “romance”: muchas personas siguen confundiendo el acoso callejero con el interés de una persona por otra, o con “conquistar”. Que quede claro, los territorios se conquistan, pero las personas debemos construir relaciones basadas en el respeto y el consentimiento. Sin consentimiento no hay posibilidad de romance, es sólo acoso y violencia.

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6. Señales equivocadas: ¿Te has cuestionado alguna vez el haberle sonreído mucho a un hombre, porque pudo haber pensado que lo estabas invitando a algo? Creemos que una sonrisa o un saludo son parte de una conducta amable, cordial y amistosa, en ningún caso son invitaciones a pasarse rollos y acosar.

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7. Lucir como mujer: no sólo las mujeres son víctimas del acoso callejero, también lo son todos quienes no cumplen con el molde de masculinidad hegemónica. En nuestra web encontrarás testimonios de hombres que también se han visto afectados.

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8. Tu fenotipo: Chile se vuelve cada día un país más diverso ¡y eso nos encanta! Lo que no puede seguir pasando es que nuestras migrantes sean erotizadas y transformadas en fetiche, vulnerándolas no sólo por ser mujeres, sino también por su apariencia “exótica”.

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9. Tu orientación sexual: las lesbianas sufren acoso callejero por partida doble y al igual que las mujeres migrantes, algunos todavía las consideran un fetiche. Amiko, las chiquillas sólo quieren andar de la mano, no están ni ahí con hacerte show a ti.

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10. La naturaleza del macho: ¿Cuántas veces hemos escuchado “es que los hombres son así”? No po, niña, nosotras no creemos que haya algo genético en los varones que les impida controlar sus pulsiones, porque tampoco los vemos defecando en la calle (eso es vital y, sin embargo, se aguantan). El machismo es cultural y tal como se aprende se puede desaprender.

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BONUS TRACK | dos razones que SÍ tienen la culpa del acoso:
1. El acosador: aquí no nos vamos a extender.

2. La sociedad que no sólo ampara a los acosadores, sino que, además, le quita gravedad a sus acciones y fomenta, a través de miles de expresiones culturales, su violencia. El machismo se combate en familia, en la escuela, en el trabajo, en los carretes con amigos, en los voluntariados, en la tele, en la música y es tarea de todos y todas.