”Escuché que con sus amigos me gritó: ‘Guatona re culiá fea’, sólo porque los había encarado”
Tengo 25 años y desde que tengo memoria mi mamá ha trabajado en el caracol de Franklin junto a mi abuela en una peluquería. Yo soy bajita, morena y gorda; lo digo porque al ser “gorda” (tampoco es tanto, sólo tengo unos kilos de más y es debido a que padezco diabetes tipo 2, ya que cuando era niña mis abuelos me daban más dulces que comida y pesaba casi 70 kilos. Actualmente cuido mucho mi alimentación, aunque sigo con sobrepeso, y pese a que la mayoría de la gente piensa que los gordos (as) no tienen sexo o parejas estables, yo estoy emparejada hace 5 años y feliz. Esta introducción es para que entiendan un poco el contexto.
Hoy estoy sacando mi segunda carrera y tengo ventanas largas en la universidad, por lo que voy a almorzar donde mi mamá. Un día que salí temprano, mi pololo me dijo que me esperaría allá (donde mi madre), para ponernos de acuerdo sobre un asunto. La cosa es que salí del metro, caminé y crucé el semáforo que está al frente del caracol de Franklin, y un tipo (un viejo) pasó por al lado mío y me dijo: “Uf la chanchita rica”. Me invadió mucha rabia y pena (era la única mujer que estaba cruzando), ya que yo no voy por la calle señalándole a la gente sus “defectos” físicos. No lo pude encarar porque un auto estaba esperando a que yo cruzara, pero no es la única vez que me han dicho algo o me han molestado en el sector de Franklin.
Una vez enfrenté a un tipo que me tiró besos y me gritó cosas al bajarme de la micro, y escuché que con sus amigos me gritó: “Guatona re cualiá fea”, sólo porque los había encarado. Incluso una vez me llamaron puta, porque andaba con un vestido semiformal, un poco apretado y escotado. Estoy bastante cansada de este tipo de trato hacia nosotras.