“Lo denuncié, renuncié a mi trabajo porque él sabía dónde yo vivía. Hasta el día de hoy no sé en qué quedó el caso”
Sufrí acoso sexual laboral el año pasado cuando trabajaba para un programa de gobierno. Me tocó viajar a un sector rural dentro de una comuna del sur, por lo que tuve que arrendar un vehículo para poder trasladarme y visitar a las familias pertenecientes al programa.
Al terminar mi trabajo, el chófer me llevó hacia el alojamiento en donde yo me estaba quedando que era la misma casa en la que él vivía. Cuando llegamos se acercó a mí, me tocó e intento darme un beso. Yo alcancé a arrancar y entrar a la casa. No le dije nada a nadie y en la noche tuve que colocar una silla en la puerta, ya que no tenía pestillo.
Lo primero que hice fui contar la situación a mi jefa, pero no le dio mayor importancia, siendo que esta persona junto a su esposa prestaban servicios a la municipalidad frecuentemente (y no me extrañaría que esto siga sucediendo).
Esa misma semana salí de vacaciones. Estuve días sin contarle a nadie más lo que me había pasado, hasta que decidí contarle a mis más cercanos. Lo denuncié en Fiscalía, renuncié a mi trabajo en esa comuna porque él sabía dónde yo vivía. Hasta el día de hoy no sé en qué quedó el caso.