“Lo que más me molesta es que tenía once años, no merecía descubrir el mundo así”
Siempre recordaré cuando me di cuenta que estaba convirtiéndome en mujer. Me dio mucha pena.
Fui a comprar una bebida un día de verano. Me acuerdo perfecto, pasó un degenerado de mierda en bici, quien me preguntó por una calle. Noté algo raro en su tono y expresión, pero le respondí igual. Luego de eso, me preguntó si quería “ir a tomarme un heladito con él”, y yo lo miré con cara extraña, tan extraña que se reía a carcajadas y me decía “dime que sí, preciosa”, y yo no entendía qué quería decir con eso, además estaba impactada. Sólo sentí mucho miedo, sabía que me estaba acosando, pero en ese tiempo era una niña.
Al final reaccioné y le dije que me tenía que ir. Caminé rápido, lo más que pude. Él se fue riendo a carcajadas, se reía de mi inocencia y se calentó con eso.
Nunca lo conté ni lo he contado, pero siempre me acordaba y más grande lo comprendí. Lo que más me molesta es que tenía once años, no me merecía descubrir el mundo así.