“No somos un objeto, no somos solo un cuerpo, ¡somos personas con dignidad!”
A los 14 años fui por primera vez víctima del acoso sexual callejero. Me estaba bajando de la micro y sentí un agarrón. Era muy chica y no hice nada.
Cada vez es más usual recibir piropos en la calle y roces en el metro. Ya estoy cansada de que no se nos respete y que se haya transformado en algo normal. No somos un objeto, no somos solo un cuerpo, ¡somos personas con dignidad!