“Quedé en shock, pero luego de unos segundos le pegué”
Siempre usé pantalones de colegio por mi comodidad, pero cuando tenía que dar una disertación, obligatoriamente tenía que ir con jumper. Era casi fin de año, hacía mucho calor y estaba agotada.
Tomaba una micro en la granja que me dejaba muy cerca de mi casa y para mi “suerte” iba vacía, por lo que me pude sentar en el mismo paradero que subí. Conmigo se subió un vendedor ambulante y se sentó a mi lado. No tardó en hablarme y cordialmente le contesté. No debió haber pasado mucho hasta que puso su mano en mi pierna y luego la sacó. Pensé que lo había hecho sin querer hasta que lo volvió a hacer, pero esta vez más cerca de mi vagina y diciéndome que me veía preciosa con jumper, y que me venía viendo desde hace días. Quedé en shock, pero luego de unos segundos le pegué como pude y le grité ante toda la micro que era un viejo verde, que yo podía ser su hija o nieta, que gente como él debería estar muerta y que se podía ir a la mierda, que no me iba a quedar callada. Él solo se bajó de la micro y las señoras que iban a esa hora no hicieron nada. Sin embargo, una sí. Me basurió como pudo, diciéndome que era mi culpa por andar con jumper, que yo provocaba, que era una pendeja ordinaria y que si ella fuera mi mamá no me dejaría andar sola y que obviamente me educaría más, porque a la gente mayor no se le falta el respeto.
Me quedé callada y me senté. No quería pelear con nadie más, pero me sentí realmente mal. Eran mujeres que en vez de entenderme, me culparon por todo.