“Sé que el problema no es mio sino de la mente enferma de ellos”
Cuando era niña vivía en Santiago. Si bien ahí experimenté diversas formas de acoso, hasta el día de hoy hay una que no logro comprender.
Cuando tenía 11 años, iba en la micro un día sábado hacia mi casa junto a mis papás. Ellos avanzaron un poco más hacia atrás de la micro y yo decidí irme en la mitad. En algún momento se llenó el recorrido. Mis papás me miraban cada cierto rato para verificar que todo estaba bien. Yo iba parada mirando por la ventana y de pronto subió un hombre de unos 30 años y me empezó a puntear sin ningún tipo de reparo. No entendía qué estaba pasando, ¡TENIA 11 AÑOS! No sabia por qué él hacia eso. Solo tenia ganas de llorar mientras el rosaba su pene en mi trasero. Intentaba buscar a mis papás, pero no los lograba ver. Después de mucho rato, el tipo se bajó de la micro. Nunca le conté a mi mamá porque pensaba que me iba a retar por no ir al lado de ellos, por miedo. Le conté cuando estaba mas grande. Casi lloró y me contó también sus experiencias de acoso.
He tenido que caminar por la calle “amachada” para no llamar la atención de tipos como estos. Sé que el problema no es mio sino de la mente enferma de ellos y es una triste realidad que muchas viven a diario.