“Soy una mujer con carácter, pero lamentablemente estos hechos me dejan con ganas de llorar”
No es primera vez que me ocurre. Cuando era adolescente muchas veces un tipo se “apoyó contra mi” en la micro o algún depravado me agarró el trasero, pero aprendí a encarar y funar a los sujetos, con golpes y gritos. Hoy con 30 años, en la calle más central y transitada de Puerto Montt, un tipejo a eso de las 13:00 horas, aprovechando el volumen de personas, pasó rápidamente a mi lado y estiró sus dedos “rosándome” el trasero. No fue un agarrón, ni un toqueteo, pero sentí sus dedos y para mí eso bastó. Me di vuelta y con una carpeta dura llena de formularios lo golpeé en la cabeza. Se giró sorprendido, diciendo que no había hecho nada, que no se había dado cuenta. En palabras coloquiales “lo subí y lo bajé” a improperios, pero él seguía haciéndose el desentendido. Cuando dio la vuelta para irse, volví a golpearlo. Sí, tengo 30 años y soy una mujer con carácter, pero lamentablemente estos hechos me dejan siempre mal, con ganas de llorar.
¿Hasta cuándo aguantaremos que las personas se sobrepasen? Pensando en los niños y adolescentes creo que tenemos que reaccionar y ser capaces de que, por ultimo, estos idiotas se lleven un mal rato público. De lo contrario, seguiremos reproduciendo una sociedad abusadora y violadora. Chile tiene cifras horribles, muy bien lo saben ustedes.