Ayer iba en el bus, en el asiento junto a la ventana. Desde ahí vi cómo una mujer pasaba frente a dos mecánicos que estaban sentados en la vereda conversando. Lo primero que pensé fue “pobrecita, la van a insultar”. Pero fue peor: cuando la mujer pasó, uno de los tipos sacó su celular y empezó a fotografiar su trasero.
En ese momento el bus partió y me sentí pésimo. No supe qué hacer, se me ocurrió bajarme del bus e ir a decirle, pero ¿qué hubiese pasado? No sacaba nada con confrontar al tipo y aunque le dijera a la mujer o a Carabineros, no hubiesen hecho nada, porque todavía no hay ley que nos ampare.
Al final me quedé en el bus porque el lugar es “zona roja” de acoso y sufro de ansiedad, así que no me atreví a pasar por un mal rato, pero sigo sintiéndome culpable por no haber sabido qué hacer.