acoso sexual laboral

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    Radiografía del acoso en Chile revela que las mujeres son las más afectadas en todos los ámbitos: educacional, laboral, espacios públicos y virtuales.

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    Este lunes, a través de una presentación virtual, el Observatorio Contra el Acoso Chile (OCAC) lanzó la Radiografía del acoso sexual en Chile, primera encuesta a nivel nacional que aborda este tipo de violencia sexual es los ámbitos callejero, laboral, educativo y ciberacoso.

    La iniciativa, realizada en el marco de la plataforma Juntas en Acción y cofinanciada por la Unión Europea, revela que las mujeres son las principales afectadas: prácticamente todas han sufrido algún tipo de acoso sexual a lo largo de sus vidas, sin embargo, la mitad no saben que víctimas de una violencia sexual.

    Para María José Guerrero, Presidenta de OCAC, el resultado de la radiografía servirá de herramienta para enfrentar esta realidad social que afecta en su mayor parte a mujeres, niñas/os/es y disidencias, señalando que “a nivel nacional, tenemos un desarrollo de políticas y legislaciones en términos de violencia sexual carentes de contenido. Si queremos avanzar en poder reparar a las víctimas y en contribuir a erradicar las violencias sexuales, necesitamos primero reconocerlas. Esta investigación da ese paso, aportando por primera vez en Chile información relevante para comenzar a combatir estas conductas”.

    La encuesta aborda cuatro tipos de acoso sexual: callejero, laboral, educativo, compuestos por acosos sexuales verbales, no verbales, físicos, audiovisuales y de persecución y chantaje, respectivamente y el ciberacoso compuesto por contenido audiovisual, propuestas sexuales, comentarios con connotación sexual, amenazas, grooming, exposición sexual y creación de contenido sexual.

    El acoso en cifras

    Una de las principales conclusiones del estudio es que estos tipos de acosos no se viven de manera aislada o en ocasiones puntuales, sino que son parte de un continuo de violencia. En este sentido, son las mujeres quienes lo viven de mayor manera, pues un 64% de ellas ha sufrido por lo menos un tipo de acoso en el transcurso de su vida, en contraste al 25,7% de los hombres.

    La encuesta además reveló el poco reconocimiento que existen de este tipo de violencias, pues, si bien en los últimos años el debate sobre acoso sexual se ha ido ampliando, aún existe desconocimiento al respecto y no siempre se entiende esa vivencia como violencia sexual. Ejemplo de ello es que 8 de cada 10 mujeres entre 18 a 26 años han sufrido alguna situación de ciberacoso sexual durante su vida, de las cuales un 31,7% no lo identifican como violencia sexual. Además, prácticamente todas las mujeres entre 18 y 26 años han sufrido alguna situación de acoso sexual callejero durante su vida (96,2%) sin embargo, del total de mujeres que han vivido este acoso durante su vida, un 36,5% no lo reconoce como violencia sexual.

    Por último, se evidencian los efectos y consecuencias del acoso sexual, los cuales demuestran que estas violencias afectan la democratización de los espacios, dejando claro que, en muchos casos, las víctimas deciden dejar de concurrir los lugares donde sufrieron el abuso. Al respecto, el estudio arrojó, entre otras cifras, que 38,7% de las mujeres ha solicitado compañía para trasladarse a ciertos lugares luego de ser acosada, que 1 de cada 4 mujeres (23%) ha renunciado luego de sufrir acoso sexual laboral, que 1 de cada 10 mujeres se ha retirado del recinto educativo (colegio, instituto profesional, universidad, etc.), luego de sufrir acoso sexual y, finalmente, que 1 de cada 4 mujeres ha abandonado y/o cerrado sus redes sociales, juegos, foros, etc., luego de sufrir ciberacoso sexual.

    “Resulta significativo, que muchas personas han vivido situaciones de acoso sexual, ya sea en el ámbito laboral, educativo, en el espacio público, también online. Sin embargo, son pocas quienes realmente saben que lo que vivieron fue una violencia. Entonces, nosotras buscamos contribuir a erradicar las violencias sexuales de los espacios públicos y privados, pero también educar al respecto de temáticas de género y cómo abordarlas”, afirma la presidenta de OCAC.

    Por otro lado, para María Inés Salamanca, representante de ONU Mujeres Chile, es importante destacar la tarea de Juntas en Acción y de OCAC, quienes, de la mano de la Unión Europea, “sacaron adelante nuevamente, temáticas relevantes para el país y para la sociedad que actualmente no protege los derechos de las mujeres”. En la misma línea, añadió que “es fundamental establecer mecanismos que mejoren las redes de protección hacia las mujeres durante tiempos de pandemia. Hay que darle profundidad al problema, y esta encuesta viene a dar esa discusión”.

    En el evento participaron también diversas organizaciones y entidades políticas, quienes celebraron la iniciativa. Camila Vallejo (PC) fue una de ellas, afirmando que “queremos que esta encuesta se presente en el Congreso para que estos temas puedan ponerse sobre la mesa, para generar avances legislativos y comenzar a hacernos cargo de estas problemáticas”.

    Radiografía del Acoso Sexual en Chile, primera encuesta a nivel nacional que aborda este tipo de violencia sexual es los ámbitos callejero, laboral, educativo y ciberacoso ya se encuentra disponible en todas nuestras plataformas.

    Descarga aquí la encuesta: informe-encuesta-ocac-2020-radiografia-del-acoso-sexual-en-chile

    Resumen ejecutivo: resumen-ejecutivo

    Presentación: ppt-radiografia-del-acoso-sexual_final

     

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      Llegué hace algunos años a mi trabajo actual. Entré reemplazando a una niña en la recepción. Noté que todos los días en la mañana y en la tarde, dos caballeros (bastante mayores, podrían ser mis papás) venían siempre a saludarme de beso. Al principio, cuando llegué, no sentí que fuera malo, pero noté que al estar en la recepción me saludaban todos de pasadita no más, menos ellos dos. Con el tiempo empezaron a tratar de darme besos cuneteados, incluso uno de ellos trataba de tomarme las manos y meterme conversa.

      La situación me tenía chata, hasta que un día les dije que que los saludaría de lejitos no más porque estaba resfriada (mentira, obvio), así que con el tiempo empecé a alejarme de ellos y dejé de saludarlos incluso de lejos. Uno de los hombres se picó y empezó a decir que yo era “tan desagradable”, etc. En ese momento, ni siquiera dimensioné que yo había sido víctima de acoso. A la recepcionista que estuvo antes que yo le pasó lo mismo. Ahora ya no hay una trabajadora sola, siempre hay dos. Ahora, los dos hombres acosadores ya no van a molestar. Yo fui la última recepcionista acosada. Estos hechos ocurrieron el 2015.

      Pero estos dos hombres tienen fama de verdes en la empresa, más allá de lo que me pasó a mí. Se dedican a mirar traseros de las compañeras de trabajo, de mujeres jóvenes. Cuando pasamos, ellos se dan vuelta a mirar. La situación nos tiene súper incómodas. Es molesto, no somos tontas, nos damos cuenta de lo que pasa. Tenemos que siempre andar cuidándonos cuando pasamos cerca. Si usas faldas, es lo mismo, y prácticamente no podemos usar algo con un mínimo de escote.

       

       

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        Soy profesora y un colega me comentó en el ascensor frente a los alumnos que si yo fuera su estudiante me haría pasar todos los ramos. El tono fue muy asqueroso y la situación intimidante. Cuando llegué al piso que iba, me bajé y me fui derecho a un baño para llorar de pura rabia y humillación.

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          header_web_testimoniosSufrí acoso sexual laboral el año pasado cuando trabajaba para un programa de gobierno. Me tocó viajar a un sector rural dentro de una comuna del sur, por lo que tuve que arrendar un vehículo para poder trasladarme y visitar a las familias pertenecientes al programa.

          Al terminar mi trabajo, el chófer me llevó hacia el alojamiento en donde yo me estaba quedando que era la misma casa en la que él vivía. Cuando llegamos se acercó a mí, me tocó e intento darme un beso. Yo alcancé a arrancar y entrar a la casa. No le dije nada a nadie y en la noche tuve que colocar una silla en la puerta, ya que no tenía pestillo.

          Lo primero que hice fui contar la situación a mi jefa, pero no le dio mayor importancia, siendo que esta persona junto a su esposa prestaban servicios a la municipalidad frecuentemente (y no me extrañaría que esto siga sucediendo).

          Esa misma semana salí de vacaciones. Estuve días sin contarle a nadie más lo que me había pasado, hasta que decidí contarle a mis más cercanos. Lo denuncié en Fiscalía, renuncié a mi trabajo en esa comuna porque él sabía dónde yo vivía. Hasta el día de hoy no sé en qué quedó el caso.