bici

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    A mis 23 años, ya me ha pasado tres veces y la impotencia que se siente es enorme. El problema es que una se paraliza y no sabe cómo reaccionar. Lo peor de todo es que nadie hace nada.

    Recuerdo muy bien la primera vez que me pasó. Iba en una micro y por mucho rato un tipo me tocó el trasero por el espacio que quedaba entre el respaldo y el asiento. Yo tenía 12 años aproximadamente y la señora que estaba sentada en el asiento de al lado miró al tipo, vio lo que sucedía y me miró con cara de “pobrecita”, pero no hizo NADA. A mí nunca me han gustado las faldas largas y me sentí culpable porque andaba con una mini. Por mucho tiempo creí que yo tenía la culpa.

    Las otras veces han sido al pasar. Uno en una bici y el otro trotando, mientras yo caminaba, ni siquiera dieron la cara y además iba sola, no tenía cómo defenderme ni pedir ayuda. Sin contar todas las oportunidades en las que los hombres se paraban al lado de una, mientras iba sentada en la micro y rozaban sus genitales en el hombro. Aunque una se corría, ellos lo seguían intentando. ¡Un asco total!

    Creo que de una vez por todas se debe hacer algo respecto a este tema. Tengo una hija de cinco años y no me gustaría que por nada del mundo le pasara algo así. Nadie merece que un enfermo, por sentirse más hombre, la vulnere de esa manera.

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      Esto pasó hace como dos meses atrás. Tengo 19 años y un día iba tranquilamente a buscar a mi mamá a su pega, que queda cerquita de mi casa. Iba con mi hermanita chica y mi hijo. Iba con falda, porque hacía calor, obvio. De repente, se me acerca un hueón de no más de 20 años, que andaba en bici. Era de la constru o algo así. La cosa es que me pregunta la hora y yo se la dije, pero después seguí avanzando y me di cuenta de que me estaba siguiendo. Avanzaba y se quedaba parado, yo pasaba y él seguía detrás mío. Hasta mi hermanita chica se asustó. Ahí me dio la cagá, me di vuelta y le dije, “oye hueón, qué te pasa, no te dai cuenta de que voy con una niña chica, hueón desubicado de mierda, chancho”. Lo empapelé a chuchás. ¡Y me siguió hasta la pega de mi mamá! De verdad me asusté mucho.

      Cuando el hueón al fin se fue, me tiró un beso. Yo quedé asqueada. Sé que no es algo muy fuerte, pero el hecho de que yo iba con mi hermana chica de tres años me dio mucha rabia.

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        Hace unos años, volvía a mi casa en bicicleta, era pleno día de verano. Iba feliz pedaleando. Entré por unas calles menos transitadas y me di cuenta de que un motociclista venía detras mío. No le di importancia, supuse que me iba a adelantar. Pero no. Se acercó a mí y -sorprendentemente hábil- pasó su mano por mi pecho, dándome un agarrón. Luego siguió de largo como si fuese algo muy natural para él. Sólo atiné a gritarle todo lo que se me vino a la mente.

        Aunque nunca dejé de pedalear, me sentía congelada. Totalmente asustada. Traté de llegar lo más rápido a mi casa y recién ahí pude llorar un poco. No salí de mi casa en dos días. Estaba muy asustada,
        pero por sobre todo con una rabia inmensa, una impotencia. ¡¡Cómo era posible que un desconocido se tomara ese tipo de licencias con mi cuerpo!! Hasta hoy recuerdo el evento como si fuera ayer y me sigue dando mucha rabia.

         

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