chofer

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    Un día tuve dentista y tomé un colectivo vacío. Me subí adelante, porque creía que era más seguro. El chofer me miraba, esperaba la luz roja para parar el auto, trataba de meterme conversa. Así fue todo el camino. Yo era la única mujer. Hablaba por celular o miraba por la ventana, porque era incómodo. Ahora, siempre me subo atrás para que no vuelva a pasar. Esto no pasó a mayores, pero nunca se sabe.

    También en la calle tiran piropos, por andar con pantalones ajustados. Te gritan cosas, llega a ser molesto. Me ocurre cada vez que voy sola por la calle o con una amiga que va vestida de escolar.