Durante el jueves 22 de abril, se llevó a cabo la conversación que reunió al Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) y a la Asociación Organizando Trans Diversidades (OTD).
El 22 de abril de 1973 en la Plaza de Armas de Santiago de Chile, se llevaba a cabo la primera manifestación Trans/Travesti de la que se tiene registro en el país. “Durante la última Semana Santa de la Unidad Popular con Salvador Allende en el poder, un grupo de travestis prostibulares decidió romper el silencio y protestar por el abuso policial reinante, demandando por vez primera derechos civiles no contemplados en la revolución socialista, entre ellos, el matrimonio homosexual”, compartió OTD en su cuenta de su red social Instagram para recordar la significativa fecha para las disidencias sexo-genéricas.
OTDCHILE INSTAGRAM
En el marco de los 48 años de esta manifestación que fue brutalmente reprimida por la policía, la prensa y la sociedad civil, se llevó a cabo la conversación en vivo a través de Instagram bajo el tema: “Acoso Callejero: Miradas desde las Trans Diversidades”.
La instancia que fue dirigida por la presidenta de OCAC, Carolina Jiménez, contó con la participación de MatiVal Cortéz – activista género fluido, socie de OTD Chile y asesor jurídique de la Unidad de Legislación y Políticas Públicas desde julio de 2018 -; y con la de Shane Cienfuegos – Trabajadore social, diplomade en estudios de género, maestrante en estudios de género y cultura Universidad de Chile-.
La conversación trató distintas violencias que viven las personas Trans en Chile, como el acoso callejero y la violencia estructural desde la falta de políticas públicas contra la discriminación hacia la comunidad LGBTIQ+.
“Cuando ya nos ‘feminizamos’ empezamos a vivir la violencia estructural que reciben las mujeres y es súper violento. Antes del tránsito no sufría tanta violencia en las calles, pero cuando tengo esta expresión más femenina, por así decirlo, ahí yo dije ‘la mujer sufre caleta’”, contó Shane, y agregó que “la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que la tasa de superviviencia de vida es hasta los 35 años (en trans diversidades). Es una cifra que no se ha modificado en América Latina y es sumamente fuerte. Entonces sí creo que deben haber leyes, sanciones a propósito de la hiperviolencia y de la violencia que recibimos en todos los espacios”.
MatiVal agregó que durante el gobierno de Sebastián Piñera, no han existido avances circunstanciales respecto a la calidad de vida de las personas LGBTIQA+, y que a raíz de esto, OTD decidió bajarse de la mesa que estaba constituída con la subsecretaría de DDHH, Lorena Recabbren. Además, la Asociación propone la creación de una institucionalidad antidiscriminatoria autónoma tal como existe en otros países, como en Argentina y México, cuyo objetivo sería promover políticas públicas al gobierno central en esta materia.
Nuevamente nos unimos a la Semana Internacional Contra el Acoso Callejero. Somos más de 100 organizaciones en alrededor de 40 países del mundo que decimos: NO AL ACOSO SEXUAL CALLEJERO.
Desde el 11 al 17 de abril seguimos realizando este esfuerzo colectivo que permite sensibilizar y visibilizar el Acoso Sexual Callejero(ASC) como una violencia que debe erradicarse. Pues no solo constituye una forma de agresión sexual, sino que además afecta desproporcionadamente a las mujeres y niñas, reforzando las desigualdades de género que existen en nuestra sociedad.
Desde OCAC, hemos definido este tipo de acoso como toda acción con connotación sexual explícita o implícita no consentida, que es ejercida por una persona o un grupo de personas, en el espacio público o semipúblico. Además, como toda forma de violencia, este acoso suele generar malestar psicosocial y/o sufrimiento en la persona afectada.
El acoso sexual callejero suele manifestarse a través del acoso no verbal, verbal, físico, mediante registro audiovisual, y mediante persecuciones.
El año 2020, en el marco del proyecto Juntas en Acción, y con el co-financiamiento de la Unión Europea, El OCAC realizó el estudio Radiografía del Acoso Sexual en Chile.
En él se da cuenta de que el fenómeno del Acoso Sexual Callejero es vivido de manera sistemática, especialmente por mujeres, ocurriendo incluso varias veces en un mismo día.
Las cifras son claras, e indican que:
9 DE CADA 10 MUJERES DE ENTRE 27 y 38 AÑOS HA VIVIDO ASC
1 DE CADA 10 MUJERES RECUERDAN HABER COMENZADO A SUFRIR ESTE TIPO DE ACOSO LUEGO DE CUMPLIR LOS 18 AÑOS
7 DE CADA 10 ANTES DE CUMPLIR LOS 18 AÑOS
1 DE CADA 10 LO SUFRE ANTES DE CUMPLIR LOS 11 AÑOS
Muchas de ellas luego de vivir esta violencia realizan cambios a su vestimenta, cambios en su forma de trasladarse o experimentan sentimientos de malestar que dañan sus autonomías y les impiden trasladarse libremente por los espacios públicos o semipúblicos.
Tenemos derecho a transitar libremente, sin ser violentadas. Si vives Acoso Sexual Callejero en Chile, puedes contactar a tu fiscalía local, a la PDI o a carabineros para denunciar en el marco de la Ley 21.153, conocida como la Ley de Respeto Callejero.
La formalización de Martín Pradenas es un ejemplo más del trato que han recibido históricamente las víctimas de violencia sexual en Chile: desamparo y revictimización.
El Juez de Garantía fue incapaz de velar por los derechos de las víctimas y permitió que el abogado defensor de Pradenas, Gaspar Calderón, las culpara por ser agredidas e incluso exhibiera una foto de una de ellas. Este Juez, a pesar de tener la responsabilidad y el deber de dirigir la audiencia, no se preocupó de limitar aseveraciones que no eran atingentes al proceso, permitiendo que el abogado defensor responsabilizara a las víctimas y que se tomara la libertad y el atrevimiento de afirmar que esto no era un tema de género, poniendo en extremos opuestos a la perspectiva de género y el acceso a la justicia.
Es urgente aclararle al abogado defensor de Pradenas que la perspectiva de género está directamente ligada a las obligaciones del Estado frente a los diversos tratados internacionales. El enfoque de género es fundamental a la hora de comprender y sancionar la violencia sexual, ya que una investigación, defensa y juzgamiento sin perspectiva de género, no es Justicia. Como Observatorio Contra el Acoso Chile declaramos firmemente que no se puede dar cabida a las excusas misóginas, machistas y patriarcales de la defensa de Martín Pradenas.
Asimismo, repudiamos la decisión del tribunal de no decretar la prisión preventiva de Pradenas, considerando los antecedentes expuestos por el fiscal del caso. Una vez más vemos que el lente de la justicia es desigual, pues con esta decisión nos comunican que la destrucción de un torniquete o el robo de un auto son hechos más violentos y graves que una violación.
Sabemos que lo que está operando en una violencia institucional. No olvidamos el silencio cómplice ante la violencia político sexual desde octubre del año pasado, a cambio de las condenas enérgicas hacia las manifestaciones desde el 18 de octubre por los Ministros de Estado.
El Estado nos dice, una y otra vez, que un torniquete, un poste de alumbrado público o un auto tienen más valor que nuestras vidas. Lo que ocurrió en la audiencia de ayer y lo que se resolvió hoy son muestras evidentes de que la violencia de género también es institucional. Son los pacos, los jueces y el Estado, es Martín Pradenas y su abogado que ataca a las víctimas, y las feministas siempre podremos gritar más fuerte, citando al Colectivo Las Tesis: EL VIOLADOR ERES TÚ.
Están todos y todas invitados a ser parte de la segunda versión del curso intensivo “Introducción a la Perspectiva de Género“. Su objetivo es introducir a las y los estudiantes al análisis desde perspectiva de género, entregando herramientas analíticas teóricas, reflexivas y empíricas sobre conceptos claves y aplicación de la perspectiva en análisis específicos de modo que puedan integrar los conocimientos adquiridos y aplicarlos en sus líneas de trabajo y/o estudio, contribuyendo a un pensamiento reflexivo y crítico sobre la realidad actual.
El curso, que se dictará durante octubre, está enfocado a estudiantes de últimos años de carreras afines a las ciencias sociales y humanidades, profesionales de las mismas áreas y a estudiantes y/o profesionales de otras áreas que trabajen en temáticas de género y quieran profundizar sus conocimientos.
Entre los contenidos que se van a abordar en el curso, destacan la historia de la categoría de género, conceptualización del espacio en la perspectiva de género, género y comercialización del deseo sexual, construcción del sujeto histórico “prostituta”, feminismos abolicionistas y liberales, feminismo queer, género como dispositivo de poder, entre otros.
¡A inscribirse!
El curso consta de 18 horas cronológicas acreditadas y se requiere un 77% de asistencia para la acreditación. Las clases se realizarán los días 2, 9, 11, 16, 17, 23, 24, 25 y 30 de octubre entre 18:30 a 20:30 horas en ColungaHUB (ubicado en General Bustamante 26, Providencia).
Además, las y los estudiantes recibirán toda la bibliografía en PDF.
Como Observatorio Contra el Acoso Chile extendemos la invitación para ser parte del curso intensivo “Introducción a la Perspectiva de Género“. Su objetivo es introducir a las y los estudiantes al análisis desde perspectiva de género, entregando herramientas analíticas teóricas, reflexivas y empíricas sobre conceptos claves y aplicación de la perspectiva en análisis específicos de modo que puedan integrar los conocimientos adquiridos y aplicarlos en sus líneas de trabajo y/o estudio, contribuyendo a un pensamiento reflexivo y crítico sobre la realidad actual.
El curso, que se dictará durante el mes de julio, está enfocado a estudiantes de últimos años de carreras afines a las ciencias sociales y humanidades, profesionales de las mismas áreas y a estudiantes y/o profesionales de otras áreas que trabajen en temáticas de género y quieran profundizar sus conocimientos.
Entre los contenidos que se van a abordar en el curso, destacan la historia de la categoría de género, conceptualización del espacio en la perspectiva de género, género y comercialización del deseo sexual, Construcción del sujeto histórico “prostituta”, feminismos abolicionistas y liberales, feminismo queer, género como dispositivo de poder, entre otros.
¡A inscribirse!
Consta de 18 horas cronológicas acreditadas y se requiere un 70% de asistencia para la acreditación. Las clases se realizarán los días martes y jueves de 18.30 a 20.30 hrs. y 1 sábado al mes de 10.00 a 12.00 hrs. en General Bustamante 26, Providencia.
El pasado 3 de abril se aprobó por unanimidad el proyecto de ley que modifica el Código Penal y penaliza el acoso sexual en lugares públicos. Días más tarde, Metro presentó un número telefónico para denunciar hechos de acoso y violencia sexual, para lo cual el personal que recibirá esas denuncias fue capacitado por PDI y funcionarias(os) del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Si bien esta acción es positiva porque reconoce la existencia de las violencias sexuales en el transporte público y pone a disposición herramientas para enfrentar su ocurrencia, también nos recuerda el centralismo y la poca conversación de todos los actores relevantes para enfrentar esta problemática.
Si bien Metro es una de las arterias de movilidad más importante de la Región Metropolitana, no es la única forma en que se mueve la población capitalina, ni menos, la forma que se mueve la población nacional. Lo anterior es de perogrullo, sin embargo es sintomático de las maneras en cómo se gestionan los problemas sociales: administración privada.
Y que no se malentienda, felicitamos a Metro por la iniciativa (y esperamos que la ejecución cumpla con los más altos estándares), no obstante se requieren políticas públicas transversales donde el Ministerio de Transportes converse con ministerios como el de La Mujer y la Equidad de Género y de Educación, como también con gobiernos locales, municipios y sociedad civil, con tal de generar políticas a nivel país teniendo en consideración las características de movilidad de cada región y localidad.
Contribuir a la erradicación de las violencias sexuales no puede ser un interés particular de uno u otro sistema de transporte, sino que debe pensarse desde la política pública nacional con bajadas locales para su ejecución. Como sociedad civil apuntamos a transformaciones estructurales donde el Estado sea garante y no sólo fiscalizador, enfocándose por sobre todo a la prevención.
Esta columna fue escrita por María José Guerrero y fue publicada originalmente en el Diario La Hora el día 30 de abril de 2019.
Durante esta semana dio a conocer un video publicado a comienzos de abril, donde la diputada RN Paulina Núñez entregó su declaración de principios para la Fundación Nueva Mente. En los 3.57 minutos que dura la declaración, la autoproclamada feminista de derecha entrega un sinnúmero de argumentos que dan cuenta de lo poco feminista de su discurso. Sin embargo, sólo se analizarán cuatro de ellos para dejar en claro el peligro de la despolitización de un discurso tremendamente político.
En primer lugar, la honorable, como estrategia argumentativa de su posición que el feminismo no es patrimonio de la izquierda, hace mención a que éste “trasciende el sesgo político”. Ante esto es necesario ser tajante: el feminismo es profundamente político al ser una apuesta de proyecto democrático, pero no en las condiciones económicas, políticas, sociales y culturales actuales. Por lo tanto, si bien no toda la izquierda es feminista –por lo menos no el ejercicio partidista actual-, el feminismo no es sino de izquierda en tanto cuestiona las bases de la reproducción y no sólo las administra (incongruencia basal con el discurso de derecha).
Siguiendo el argumento y como segundo punto a analizar, cuando la diputada de derecha menciona que “si ser feminista es querer igualdad, yo soy feminista”, cae en un error imperdonable de reducir el significado al significante. La igualdad no es una bandera feminista en las condiciones actuales, es decir, no es igualdad en un sistema patriarcal y menos en uno neoliberal.
El feminismo no es administrar lo que el sistema ha declarado como “La Mujer”, sino que poner en cuestión su misma constitución y por tanto también la del “Hombre”. Como ejemplo, y en términos prácticos, la crítica feminista a las AFP no debe comenzar en la brecha de sexo entre los promedios de las pensiones, ya que convengamos que pasar de una miseria a una menos-miseria no soluciona la situación, es decir, no es igualdad en la precariedad. Una crítica feminista no es una pelea sólo por las condiciones de lo que el sistema dice que es una mujer e igualarlas a lo que se dice que es un hombre.
El tercer punto a revelar, para cuestionar la posición feminista de Paulina Núñez, es su propia concepción de mujer como sujeta de su feminismo-no-feminista. La diputada para argumentar que el feminismo está más allá de la política nombra diferentes tipos de mujeres que fueron a la multitudinaria marcha del pasado 8 de marzo. Sin embargo, los tipos de mujeres que nombra son todas hegemónicas –no por eso menos reales-. Pero ¿dónde quedan las trans, lesbianas, las que abortan, las mujeres que fueron desnudas, las travestis, las queer, entre muchas otras? En el discurso de Paulina no aparecen porque la categoría del ser mujer que defiende es una hegemónica y por lo tanto poco molesta al sistema que ella misma defiende.
Algo que la diputada debe comprender es que la perspectiva feminista llama a historizar las categorías de género imperantes, las cuestiona y tensiona. El feminismo no es igual a Mujer, ya lo dirá Judith Butler, hace poco de visita en nuestro país, quien menciona que la crítica feminista debería poner atención en las mismas estructuras por las que se pretende lograr la emancipación, y por tanto también en su propia sujeta como bandera de lucha.
Quizá, si la diputada quisiera aprender más, debería leer a Chantal Mouffe, quien también menciona que las teorías esencialistas feministas, por tanto no feministas, no constituyen una alternativa democrática para dar respuesta a la concepción moderna de ciudadanía, ya que no existe una esencia del ser mujer u hombre.
Tomando en consideración lo anterior, cuando la diputada Núñez apela a que “nadie se apodere de nuestra causa, que nadie nos instrumentalice”, olvida todo lo descrito y olvida la cooptación que hace la derecha del discurso feminista. El feminismo es cuestionar, es crítica, no es política pública descafeinada. Fraser nos interpela a develar el falso aliado del feminismo, quizás la diputada también deba leerla.
El último argumento para dar cuenta del poco feminismo presente en la declaración lo menciona la misma diputada cuando al hablar de los femicidios dice que son “inexplicables muertes de mujeres en manos de quienes fueron o son sus parejas”. Si la diputada fuera feminista comprendería que esos femicidios no son inexplicables, muy por el contrario, existe un sistema que los reproduce, los fomenta y los legitima: Patriarcado. Y es ese mismo sistema el que el feminismo quiere destruir.
Sí, los feminismos buscan más oportunidades y más derechos, pero no en una economía neoliberal, no con una neoliberalización de la vida. Los feminismos no quieren emparejar la cancha entre las concepciones patriarcales, neoliberales, coloniales, xenófobas, etc. de “hombres” y “mujeres”, sino que pensar una cancha distinta, donde la diversidad, el pluralismo y la igualdad sean la orden del día.
Finalmente quiero mencionar que no hay que confundir las políticas de género del Estado (o para mujeres tal como son entendidas) con el feminismo. Efectivamente la derecha puede gestionar políticas para mujeres, pero eso no implica que sean feministas. Podemos, incluso, estar de acuerdo en muchas de ellas y trabajar en conjunto para su aprobación, mas no confundamos los planos. Uno cuestiona el discurso hegemónico (feminismo), otro administra las consecuencias del discurso hegemónico (política pública para mujeres).
Hago el llamado a que la derecha no tema en decir que no es feminista, las feministas ya lo sabemos.
Revisa acá el video:
Esta columna fue escrita por María José Guerrero y publicada originalmente en The Clinic el 12 de abril de 2019.
Violencias sexuales, femicidio, hostigamiento, acoso, brechas salariales, exclusividad del trabajo reproductivo, discapacidad, migración, racismo y pobreza, son parte de una larga lista de injusticias cotidianas. Hoy, una vez más, decimos basta. Debemos gritar en conjunto en contra de todos estos escenarios de precarización, desigualdad e intimidación.
En estos tiempos violentos el miedo no puede paralizarnos. La rabia y la convicción nos movilizan hacia un cambio que solo se hace posible a través de la fuerza colectiva. Por eso, convocamos a la Huelga General Feminista este 8 de Marzo. Invitamos a gritar en multitud, con rabia, juntas y en multitud luchar contra la precarización de la vida.
El llamado es a marchar y a cuidarse. Ante el alza del feminismo, el machismo ha respondido con mayor violencia explícita, por lo tanto, recuerda:
-Marchemos juntxs: conoce y reconoce a las compañeras y compañeres que marchan a tu lado.
-Estemos alerta y disponibles: Seremos miles, cuidémonos y cuidemos nuestra marcha.
-Estemos comunicadxs: Procura acordar puntos de encuentro y lleva tu celular con batería.
– Tu voz es la de todas: Lleva los pulmones listos porque ¡la huelga feminista va!
En el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este jueves 22 de noviembre, marcharemos por las calles contra la violencia machista. La convocatoria es en todas las regiones del país y la Red Chilena contra la Violencia, está informando sobre el punto de concentración y el horario.
25 de noviembre: recordando a las hermanas Mirabal
Si bien la marcha es este jueves 22, la fecha decretada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1999 fue el 25 de noviembre. Como señala la propia organización, se trata de visibilizar que la violencia contra la mujer es una violación de los Derechos Humanos, consecuencia de la discriminación y desigualdad de género y que es una “pandemia global. Hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida”.
La fecha escogida por el organismo internacional se refiere al asesinato en 1960 de Patria, María Teresa y Minerva Mirabal, activas opositoras a la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana, donde se calcula que murieron más de 50 mil personas.
Las hermanas Mirabal fueron detenidas en varias ocasiones durante la dictadura, siendo torturadas y violadas en repetidas ocasiones. En mayo de 1960, fueron condenadas a tres años de presidio por “atentar contra la seguridad del Estado”. Sin embargo, poco tiempo después fueron liberadas.
El 25 de noviembre de ese año, funcionarios de la policía secreta de Trujillo detuvieron el automóvil en el que viajaban. Fueron golpeadas y ahorcadas hasta morir, para ser posteriormente lanzadas por un precipicio dentro del auto.
El hecho removió a la población, aumentando las manifestaciones. Las hermanas se transformaron en un símbolo de lucha contra la dictadura, que, sólo seis meses después, terminaría con Trujillo asesinado a tiros.
Es por esto, y para recordar a todas las compañeras que hemos visto partir por culpa del patriarcado, es que llenaremos las calles para decir basta contra la violencia hacia la mujer.
En los 80, Ann Simonton combatió los concursos de belleza usando un vestido de carne. Su historia es un clásico del feminismo estadounidense. Incluso inspiró una performance de Lady Gaga. Hoy, dirige Media Watch, una fundación que analiza los discursos de los medios con perspectiva de género. Aquí habla del aborto: “hay que aprender a hacerlo entre nosotras”, de Clinton: “espero que la próxima candidata no esté casada con un presidente” y de la misoginia: “es la más profunda forma en que aprendemos a ser”.
Miss California nació en 1924, en Santa Cruz. Por décadas el concurso se desarrolló en paz, con jovencitas blancas desfilando en traje de baño por el borde de la playa. Hasta que en 1980 apareció una mujer que calzaba perfecto con el estándar de belleza del certamen, pero que gritaba “equal pay, not beauty contest”, usando un vestido hecho con trozos de carne: Ann Simonton.
Ese año, Simonton y varias feministas crearon Myth California, una parodia del concurso. “Queríamos derribar el mito de la american dream girl”, explica Simonton. Myth California se realizaba el mismo día de la premiación de Miss California. Sacaban carros alegóricos a la calle, decorados con frases como “Women’s bodies are not for profit” y Simonton modelaba usando collares de vienesas y vestidos de bistec, mientras sus compañeras cargaban carteles que decían “Judge meat, not woman”. Las funas congregaron a tanta gente, que se habló de ellas hasta en Chicago, a 3 mil kilómetros de California. Y fue tanto el escándalo, que en 1985 el concurso se cambió de Santa Cruz a San Diego y Simonton pasó dos semanas en la cárcel.
Simonton usando su vestido de carne. Sobre su pecho, una cinta que dice “Miss Behavin”, algo así como “Señorita Mal Portada”.
En 1986, para la primera versión de Miss California en San Diego, Simonton viajó. Se presentó teñida rubia y con un vestido elaborado con 13 kilos de carne de pavo. Había mucha gente y mucha prensa. Frente a las cámaras, Simonton sacó una rasuradora y se rapó la cabeza. “Es hora de respetar a las mujeres por quiénes son, no por cómo lucen”, dijo. Miss California, otra vez, tuvo que cambiarse de ciudad.
En total, protestaron durante ocho años y Simonton fue detenida once veces. Lo paradójico es que la mujer que exilió a Miss California de dos ciudades no provenía del feminismo, sino del modelaje.
Simonton modelaba desde los 14 años. Sus fotos en traje de baño aparecieron en Seventeen, Glamour y Cosmopolitan. A los 22 años estaba en la cima de su carrera: trabajaba para la Eileen Ford Modeling Agency, recibía ofertas de Hollywood y ganaba 30 mil dólares al año. Hasta que una noche salió del metro para ir al trabajo y tres hombres la amenazaron con un cuchillo. Llevaba dos meses viviendo Nueva York. Los tipos la llevaron a un parque y la violaron en grupo.
—Entonces me golpeó la revelación de que lo que yo hacía contribuía a la violencia contra las mujeres.
Simonton nunca más modeló. Volvió a Santa Cruz, se convirtió en activista y fundó Media Watch, una organización feminista que analiza el discurso de prensa, radio y televisión. Pasó de ser objeto de los medios a ser sujeto crítico de ellos. Su historia es un clásico del feminismo estadounidense y su manifestación inspiró el famoso vestido de carne de Lady Gaga.
Ahora, sentada en un café de Santa Cruz, muestra unos autoadhesivos diseñados en Media Watch, que advierten sobre los estándares distorsionados de belleza que proliferan en la publicidad y analiza el discurso de los medios en las últimas Olimpiadas y en la actual campaña presidencial estadounidense.
Dice algo así como: ¡Advertencia! Los reflejos en este espejo tienden a estar distorsionados por ideales de belleza construidos socialmente. Ajuste su foco acorde a ello.
—En estas últimas Olimpiadas se habló mucho de sexismo. ¿Es algo nuevo o es una crítica que reconoces desde antes?
—Hay una película de los 90: Playing Unfair, que explica la discriminación a las mujeres en el deporte. Te la recomiendo. Es una crítica que aparece cada vez más. ¿Por qué siempre nos retratan a partir de nuestras emociones? “Ay, mira cómo llora”. Es ridículo. Obvio que tenemos emociones, somos humanas. Cuál es el problema de los hombres que pretenden ser de roca. En los 80 protestábamos porque a las mujeres con guagua o con la regla les prohibían competir. O les hacían exámenes de ADN y descartaban a las que tenían demasiada testosterona. Una discriminación increíble. ¿Por qué no tenemos competencias entre hombres y mujeres? Creo que les da miedo.
—Necesitamos esa mezcla.
—¡Claro! Las hermanas William probablemente harían pebre a estos tipos en un segundo. Las mujeres y los hombres pueden nadar o correr largas distancias. Nuestros cuerpos no son tan distintos. Lo bello es que tenemos más similitudes que diferencias.
—Los medios refuerzan mucho el discurso de la diferencia.
—Les aburre lo que tenemos en común. Hay un libro de Cordelia Fine que explica que los estudios sobre las diferencias de los cerebros entre hombres y mujeres son pocos y están mal diseñados. Lo que muestran es que un hombre actuaría igual que una mujer en determinada situación, como consolar a una guagua. Que no es actuar como mujer, sino como persona. Hay mucha misoginia y un gran miedo al poder de las mujeres, de lo que son capaces.
—Desde Media Watch, ¿cómo han visto el tratamiendo medial en las presidenciales?
—Igual de horrible que la vez anterior, cuando ganó Obama. Es increíble lo que dice la gente sobre Hillary Clinton. Se habla de lo que no puede hacer, pero hay un gran desconocimiento de sus propuestas. De verdad espero que sea electa. Yo voté por ella. Porque Trump es un idiota. Lanza un montón de comentarios racistas. Lo bueno es que los republicanos se están distanciando de él.
—¿Qué piensas de la posibilidad de que haya una mujer presidenta en Estados Unidos?
—Me gustaría que hubiera más detrás de la idea de tener una mujer en la Casa Blanca. Creo que es bueno, pero no la elegiría sólo porque es mujer. Hay otras mejores, como Elizabeth Warren, una demócrata que espero que compita. Es muy inteligente y tiene un pasado más limpio. Lo bueno de que Clinton gane es que abriría la puerta a que más mujeres se atrevan y se involucren en puestos de liderazgo.
—Una de las propuestas de Clinton, que también se debate en Chile, es el aborto. Acá en Estados Unidos no es legal en todos los estados.
—Creo que ella sí aportará en eso. Que sea legal y accesible. Que más doctores estén entrenados para hacerlo. Porque no se les enseña, es opcional en la universidad y debería ser obligatorio. Y creo que tenemos que aprender a hacerlo entre nosotras. Como lo hacíamos en los 70. Clinton también tiene propuestas de inclusión LGBTI y derechos de las mujeres en las universidades. Quizá trabaje una ley contra el acoso callejero. Pero aún no está cubierta la prostitución y el sexismo en la educación.
—¿Clinton está trabajando en una ley contra el acoso sexual callejero?
—Lo ha dicho, podría abordarlo. Pero al final no creo que tenga tanto poder para llevar adelante varias reformas, porque estos cargos son básicamente títeres de los militares y de las grandes empresas.
—No estás muy optimista.
—No. Siento que está a medio camino. Va a pelear por sus políticas, pero no logrará grandes cambios. Pero cuando comparas sus propuestas con la muralla de Trump…
—Volviendo al sexismo en los medios, a Michelle Obama la trataron súper bien después de su discurso en la convención demócrata. Los medios la amaban. ¿Podría ser ella una carta presidencial?
—Es que es fácil amarla. Espero que la próxima candidata no esté casada con un presidente. ¿En serio tiene que ser la esposa para convertirse en líder? Hay un montón de mujeres maravillosas. Quiero verlas brillar a ellas, no necesariamente vinculadas a un hombre. A Michelle Obama los medios la admiran por muchas razones: su discurso es muy articulado, es muy inteligente y es fácil de escuchar. Y la gente que la odia es porque odia toda la cultura afroamericana. Básicamente, las voces de hombres blancos que controlan los medios.
—¿En qué estás trabajando actualmente?
—En una radio comunitaria juvenil y en temas de masculinidades. Estamos creando grupos de discusión para hombres y jóvenes en las secundarias.
—¿Crees que hombres y mujeres pueden ser feministas?
—Absolutamente. El feminismo es creer en la igualdad de derechos. No creo que sea una etiqueta que sólo alguna gente pueda usar. Es parte de ser persona. Es parte de entender que tú y tu compañera tienen el mismo potencial. Que ambos pueden triunfar y tener éxito. Creo que hacemos un gran tema de la palabra porque en los medios ha sido demonizada. Feministas, uy. Me pasó un montón cuando joven.
—Es que no es fácil ser activista. Se recibe mucha hostilidad de vuelta. Como lo que le pasa a Anita Sarkeesian.
—Hay que reconocer que la misoginia es real, es parte de la educación de hombres y mujeres en nuestra cultura. La mayoría del tiempo pretendemos, pero necesitamos llamarlo por su nombre. La misoginia es la más profunda forma en la que aprendemos a ser.
—¿Cómo has hecho para involucrar a hombres jóvenes en el feminismo?
—Básicamente, haciéndoles saber que tienen emociones. Que tienen derecho a no ser definidos por los estereotipos de la masculinidad. Que entiendan que el machismo también constriñe su potencial y que coarta quiénes pueden ser en la vida. Que no les digan qué no pueden hacer, expresar o vestir. Entre más lo entiendan, más van a decir: no quiero estar restringido, quiero ser más libre. Y también quiero que mi compañera lo sea. Porque, finalmente, el feminismo se trata de eso: de la liberación humana. Ser libres de las ataduras de la cultura.