fiesta

    0 6110

    principal testimonios nuevo

    Era viernes por la noche. Estábamos con mis amigos, casualmente puros hombres, carreteando y pasando un buen rato. Las piscolas hicieron su efecto y empecé a sentirme “arriba de la pelota”, en esto, uno de mis amigos se acercó más de lo usual. Al principio, yo lo encontré normal, porque en mi círculo de amigos suelen ser muy afectuosos conmigo. Todo normal, pero de pronto dejó de serlo. Me empezó a decir lo linda que me veía y apoyó su mano en mi pierna, bien arriba, para después subirla a mi cintura y poto. Yo me reí y se la saqué, dándole excusas para que no siguiera, pero ninguna respuesta fuerte, ni un “NO” seco fueron suficientes para que entendiera. Me iban a pasar a buscar, entonces fui por mis cosas a la pieza de al lado, el me siguió y cerró la puerta. Se acercó, ya ebrio, y me dio un beso. Yo me alejé mientras le decía cosas como: “no es correcto”, “no quiero”, “no quiero seguir”, lo que él, probablemente, interpretó como un coqueteo. Él insistió, me tomó las manos y me dio más besos, en mi afán de no ser pesada, no le exigí que parara. Cuando me dejó salir, le conté a un amigo casi llorando, pero su respuesta fue: “no le digas a nadie, estaba curado y tu no le dijiste firmemente que no”.

    Niñas, mujeres, adultas, no tengan miedo de decir lo que piensan. Recuerden que bajo cualquier circunstancia, no es NO.