golpe

    0 1946

    principal testimonios

    Nunca me dijeron que existía otro peligro frente a un auto al andar en bicicleta, más que un accidente de tránsito. Iba, como todos los días, en bicicleta de vuelta a casa del trabajo alrededor de las 5:30 de la tarde por avenida Santa Rosa (paradero 36). Iba a gran velocidad por la pista derecha, cuando sentí un fuerte golpe en el trasero seguido de una enorme carcajada. Los segundos después fueron confusos, hasta que vi el auto adelantarme y al idiota reírse. Intenté estabilizar mi bicicleta, agarré fuerte el manubrio y di gracias por no haberme caído. Subí la vista y vi un auto verde. Memoricé la patente mientras pedaleaba lo más rápido que podía, con rabia e impotencia, para alcanzarlo. Yo creo que ni siquiera sabía lo que hacía. Finalmente, no pude alcanzarlo. Me di cuenta que estaba descontrolada y muy nerviosa.

    Pedalee todo el camino de vuelta a casa con mucho dolor, con la risa del tarado resonando en mi cabeza, con una sensación de impotencia por la impunidad con la que actúan. Llegué a mi casa y me vi una mano marcada en el glúteo. Todo porque a un hombre se le ocurrió que eso era chistoso.