intimidación

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    Salí de la estación de Metro Príncipe de Gales y un tipo me siguió, me puso un arma en la cabeza e intentó llevarme al canal que pasa por Tobalaba. Hice la denuncia en Puente Alto ya que Carabineros nunca acudió a la estación de Metro. Se demoraron demasiado y como era de noche, decidí irme. Entregué una descripción del sujeto. Tengo miedo ya que el sujeto se quedó con mi celular. Al no querer bajar con él, me obligó a desbloquear mi celular y entregárselo, luego de eso salió corriendo. Se quedó con todos mis datos y desde esa fecha me están acosando por todas las vías existentes

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      El medio Refinery 29 publicó una encuesta realizada por ONU Mujeres en 2013, indicando que más del 99% de las mujeres y niñas en Egipto han experimentado alguna forma de acoso, y que más del 82% de ellas afirma que no se siente segura en la calle.

      El acoso callejero es un problema serio alrededor del mundo, sin embargo en el Medio Oriente se ha masificado. El medio Refinery 29 publicó una encuesta realizada por ONU Mujeres en 2013, indicando que más del 99% de las mujeres y niñas en Egipto han sufrido alguna forma de acoso, y que más del 82% de ellas afirma no sentirse segura en la calle.

      Las mujeres en Egipto actualmente están ideando diferentes maneras de enfrentar este problema y ayudar a otras a sentirse seguras, desde mapas interactivos hasta asociaciones de mujeres motoristas (scooter clubs). Estos enfoques buscan crear conciencia sobre el problema y ayudar a las mujeres a sobreponerse a esta conducta que provoca miedo e intimidación.

      Tinne Van Loon, directora de cine egipcio, registró este problema en un documental llamado ‘‘Creepers on a bridge’’, y señaló que la mayoría de las personas no se dan cuenta que ‘‘mirar insistentemente, también es una forma de acoso callejero’’. De hecho el puente más concurrido de El Cairo, es un importante foco de acoso callejero.

      ‘‘Ellos siempre dicen: ‘¿A qué te refieres? Vamos, es solo una mirada, es nada.’ Pero cuando el 80% de los hombres en la calle te miran con insistencia cuando caminas, especialmente cuando están en grupo, es bastante intimidante’’, agrega Van Loon.

      Por su parte, Basma El-Gabry, una joven egipcia de 21 años cansada de ser acosada en la calle, encontró la solución en su moto scooter. Desde que la comenzó a usar, no ha vuelto a sufrir este problema.

      El-Gabry fundó ‘‘Girls Go Wheels’’, una organización que ayuda a otras mujeres a comprar scooters y aprender a andar en ellas. Ella dice que espera que esto empodere a las mujeres no solo con el fin de sobreponerse ante el acoso callejero, sino que también las ayude en otros aspectos de su vida.

      ‘‘Mi visión de las mujeres egipcias es que deben romper los taboos, romper las tradiciones innecesarias que nos hacen ir a ninguna parte’’, afirma Basma El-Gabry.

      En esa línea, la académica feminista iraní, Dra. Homa Hoodfar, habló sobre el velo y la necesidad de entender las complejidades de esta antigua tradición en una entrevista para The News On Sunday. ‘‘El acoso callejero, desafortunadamente, es un problema serio en el Medio Oriente, ya sea Irán, Turquía o Egipto. Si hay una mujer sola caminando por la calle en la tarde, los hombres piensan que tienen el derecho de acosarla. Una vez tuve una estudiante de Arabia Saudita que me contó que las jóvenes de allá tenían que cubrirse completamente (usar el burka), porque en la escuela a la que iban les decían que sus cuerpos y rostros debían estar totalmente cubiertos. Incluso en esta situación, los hombres les mandaban besos desde el bus escolar cuando paraba en algún semáforo’’.

      ‘‘El problema es que más allá de reconocer que el acoso callejero es malo y que los hombres no deberían tener esta conducta, preferimos responsabilizar a las mujeres: ‘Debido a que los hombres te acosan, deberías usar este tipo de ropa… Debido a que los hombres te acosan, deberías usar el velo… No queremos obligarte, pero es para protegerte…’ Esto es un problema cultural, y no hay voluntad política para combatirlo. En vez de eso, se les permite a los hombres acosar a las mujeres, liberándolos de cualquier sentido de responsabilidad’’.

      ‘‘El punto es que el velo no es la solución, sino que exista voluntad política para detener el acoso callejero, ya que en el contexto de Egipto y Arabia Saudita, el velo no ha cambiado nada. Hoy en día si una mujer con velo camina por la calle en Egipto, al igual que en la década de 1980, ella enfrentará tanto acoso callejero como una mujer vestida de forma occidental’’, afirma la Dra. Hoodfar.

      Respecto a esto, María José Guerrero, coordinadora del Área de Estudios de OCAC Chile señaló: ‘‘Lamentablemente el acoso sexual callejero es un fenómeno generalizado que suele ser justificado de manera específica. Esto se ve reflejado al decir por ejemplo: ‘Es típico chileno por su picardía’, cuando realmente es típico de una cultura patriarcal donde se crean hombres victimarios y mujeres víctimas (sin dejar de lado que ambos son víctimas del mismo sistema). En Medio Oriente no es diferente, se utiliza la religión para justificar estas prácticas, exaltándonos cuando vemos una mujer con burka, sin embargo en Chile (sin la religión de Medio Oriente) prácticamente la totalidad de mujeres jóvenes sufren acoso callejero. Siempre se pueden dictar justificaciones para la misma práctica, y por lo tanto, la religión no es lo que impulsa a una cultura a ser más violenta que otra. Debido a esto, es importante cuestionar el sistema patriarcal que le da vida al acoso callejero, ya que sin este cuestionamiento, cualquier medida será provisoria, por muy bien intencionada que sea’’.

      Imagen: Reuters