A Gepe le interesa la igualdad de género. Participó en la campaña “He for She”, de ONU Mujeres, en un video donde denunciaba que faltan 30 años para que se igualen los sueldos de hombres y mujeres. También le interesa Latinoamérica, con sus sonidos y texturas, que aparecen en su disco GP y en el single “Hambre”, en el que participa la cantante peruana Wendy Sulca y cuyo video destaca un palacete kitch boliviano.
En días en que se celebra la semana internacional contra el acoso callejero, la red de OCAC en Latinoamérica lanza su primera campaña continental contra el acoso sexual en espacios públicos y OCAC Chile prepara su festival del Respeto Callejero, conversamos con Gepe sobre género y feminismo.
¿Cuál es tu postura frente al acoso sexual callejero?
Estoy contra todo lo que sea violencia psicológica o física, y el acoso callejero por supuesto que entra en ese ámbito. Estoy absolutamente en contra. He tenido un par de experiencias con personas cercanas, sé que el tema es jodido.
¿Qué clase de experiencias?
Hace años yo iba con mi hermana en el centro. Mi hermana tiene dos años menos que yo, parecemos de la misma edad. Y un tipo se acercó rápidamente y le dijo algo, no la tocó, pero le dijo algo cerca. Y aunque yo iba pajaroneando, igual vi. Entonces fui y le tiré unas chuchás. No me dio para un combo. Le estaban faltando el respeto a mi hermana y ella tampoco hizo nada. Fue asqueroso. Nadie puede decir que ella lo provocó, simplemente íbamos pasando. Entonces no tiene sentido. Con mi hermana nunca lo hemos hablado. Éramos chicos. Fue violento con ella, y de todas maneras me involucró a mí.
¿Te acuerdas de otra experiencia?
Muchas amigas, cercanas, me han contado cosas como que una vez un tipo se estaba pajeando y exhibiéndose y ellas iban con amigas. Es una mierda que la gente lo entienda como folklore.
Y suele pasar que hay gente que lo simplifica mucho, se van por el lado del “piropo”, de que es algo “inocente”.
Claro, yo creo que cualquier cosa que te interpele en la calle, te pone en alerta. Por lo tanto es violencia. Si alguien te tira una chuchá, es incómodo. Y que te tiren un piropo, sea el que sea, igual te caga la onda.
¿Has visto machismo en la industria musical?
Me pasó hace muy poquito en una localidad que se llama Pumanque, cerca de Santa Cruz. Se presentaba el Willy Sabor y tenía dos chicas bailarinas. No lo vi de frente, pero lo escuché. Y decía “y esta mina, te cobra 30 lucas porque es mapuche”. “Esta te cobra 50 porque es colombiana”. Y la gente cagá de la risa. Fue terrible. Por decir que la tipa es prostituta, y porque era mapuche cobraba menos. Un desastre. Hay una chica que me topo siempre, de los técnicos, Mariangel. Se ve que hace un doble esfuerzo, porque tiene que aparentar como cierta masculinidad en términos de arrastrar, mover cosas.
¿Demostrar más fuerza?
Claro, pero para enchufar cables y ver el sonido tampoco es que necesites tanta fuerza, pero yo siento en ella un rol así.
¿Qué opinas de que se legisle sobre el acoso callejero?
Necesario. Que te interpelen en el camino, vayas donde vayas, es terrible.
En tus giras o viajes, ¿has podido ver cómo es el tema en otros países?
En París, hace 10 años. Me acuerdo de haber ido a un carrete en un barrio cualquiera, ni pituco ni nada. Y una amiga que vivía ahí se quería ir. Y le decíamos que la acompañábamos y ella nos decía que no. Y le decíamos: “Pero ¿cómo te vai a ir sola? Son las cuatro de la mañana”. La niña se fue para su casa y efectivamente no le pasó nada. Después nos fuimos y andaba mucha gente sola. No había miedo. Me encantaría que Chile fuera así algún día.
Las luchas de género, ¿son algo sobre lo que pienses cuando escribes letras?
Es un tema, sobre todo últimamente. Son filtros necesarios. No pasar a llevar a alguien con las letras, ni propiciar la violencia contra las mujeres. En ninguna de mis canciones, en ningún disco. Siempre he apoyado la causa y seguirá siendo así.
En “Ellas deciden” apoyas la decisión de la mujer en cuanto al aborto.
Estoy absolutamente a favor del aborto, con esas tres causales. El Estado es laico, no puede tener como argumento la fe cristiana. Es ridículo. Respeto a la gente que no quiere abortar como a la que sí. Se está resguardando la calidad de vida de todo el mundo.
¿Crees que haga falta más gente que apoye este tipo de causas en la industria musical o artística? Pensando, por ejemplo, en la polémica con Briceño.
Yo creo que está bien que Briceño haya compuesto “Ignorante”. Es su postura. Pero no comparto su mirada, la canción me parece denigrante. Fun People hizo bastante. Cuando se estaban haciendo famosos, empezó a llegar mucho neonazi, una cosa bien violenta. Y ellos se declararon queer. No creo que en Latinoamérica haya habido otro grupo con un esfuerzo tan claro.
Ha surgido mucho el tema de género: brecha salarial, coparentalidad, aborto, acoso callejero. ¿Estamos avanzando?
Es bacán que la discusión apareció fuerte. No es algo sólo de gente joven, sino de gran parte de las personas. Y las niñas también. Me tocó escuchar compañeras de colegio diciendo: “oye, me piropearon en no sé qué calle así que no voy a pasar más por ahí”. Y la actitud era “ten cuidado tú”. Ese enfoque ya se empezó a erradicar. Me parece genial.