OCAC

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    El acoso sexual no es algo que pedí, sólo me pasó. La primera vez tenía doce años, iba en la micro, con jumper. Un viejo que estaba al lado empezó a tocarme detrás de la pierna, hasta llegar a mis calzones. Fue acoso sexual, eso lo sé ahora, con la edad resignifiqué el recuerdo, en ese minuto sólo fue desconcierto, una suavidad incómoda en el muslo. Miré al tipo y él me miró de vuelta. El instinto me hizo moverme de ahí, pero no hablar o gritar a toda la micro: miren a este viejo rancio, funémoslo que me viene toqueteando.

    Una vez íbamos en Metro con la María Francisca Valenzuela, la fundadora del OCAC, y como sucede en espacios seguros entre mujeres y como pasó mucho al comienzo en las reuniones del OCAC, íbamos contando experiencias de acoso, de violencia. Recuerdo que dije: amo este espacio, siempre pensé que era la única. Y la Fran dijo: yo siempre supe que no era la única.

    Hay algo de lindo en esa frase. Saber que no eres la única en un dolor amplifica el daño, porque significa que la mancha machista es más grande de lo que pensamos. Pero a la vez, no ser la única con esa herida crea inmediatamente una comunidad de apoyo, de ayuda, de abrazos de mujeres que han sentido lo mismo que tú. No soy la única que ha sufrido violencia, eso quiere decir que no estoy sola.

    La comunión se logra hablando. Comunicación y comunidad tienen la misma raíz, las personas conectamos a través de las palabras, del lenguaje. Nombrar es hacer aparecer. Hablar es hacer revolución.

     

    Foto: Francisco Flores.

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      Convocada por la Coordinadora Feminista en Lucha, la manifestación que se realizará este miércoles tendrá como motivo central la lucha por el aborto libre.

      La ola feminista sigue creciendo y sumando más adherentes. Porque esto no se puede detener y porque aún recordamos a todas las mujeres y niñas que se han visto en la violenta obligación de convertirse en madres, es que la Coordinadoras Feminista en Lucha convoca a una marcha el 25 de julio a las 18:00 horas en Santiago.

      En concreto, las feministas llenaremos las calles porque luchamos por:

      1. Aborto libre: porque defendemos el derecho a decidir sobre cómo vivir nuestra sexualidad y reproducción. Somos nosotras y no los médicos, jueces o sociedad, quienes tenemos el derecho a elegir qué hacemos con nuestro cuerpo y nuestra vida.

      2. Aborto legal: porque creemos que abortar es un derecho que debe ser garantizado, que no es posible ejercerlo si no se nos garantiza acceso a la información y medios para ello. Las barreras de clase son el factor principal que nos niega dichos accesos y nos somete a la clandestinidad y todos los riesgos que eso significa.

      3. Aborto seguro: para que se realice en condiciones óptimas, dejando fuera el comercio ilegal de medicamento.

      4. Aborto gratuito: porque sabemos que en un Estado que es subsidiario de nuestros derechos, donde el sistema de salud es un negocio, la única forma de garantizar el pleno acceso para todas, sin mediar barreras de clase, es la gratuidad.

      La marcha, que ya cumple su sexta versión, es una parte de la lucha por la libertad de decidir si queremos o no ser madres, por la autonomía de elegir cómo llevar adelante nuestra sexualidad y reproducción, que incluye, si queremos, interrumpir un embarazo que no deseamos. Luchamos para que abortar no signifique arriesgar la vida ni la integridad física y psíquica de ninguna mujer cuando se realiza en la clandestinidad y la precariedad.

      Movimiento latinoamericano

      Sumando al esfuerzo de las compañeras en Argentina y del resto de Latinoamérica por un aborto libre, legal, seguro y gratuito, las feministas chilenas adoptamos la ya reconocida pañoleta verde, pues somos parte de un mismo movimiento, donde la consigna es clara y es la misma que se repite en todo el continente: anticonceptivos para no abortar, educación sexual para decidir y aborto libre para no morir.

      ¡Nos vemos allá porque #NoBastan3Causales!

       

      Fuente: Comunicado Coordinadoras Feministas en Lucha.

       

      Foto: Viojf

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        Existen varias firmas para ser parte de esta semana que tiene como objetivo reforzar la lucha y el camino que hemos emprendido contra el acoso de que sufren las mujeres en las calles.

        La participación de todas y todos es clave para que esta Semana Contra el Acoso Callejero sea un éxito y logremos visibilizar una vez más lo urgente que es terminar con este tipo de acoso en nuestro país.

        Es por este motivo que te entregamos 12 ideas para participar activamente de esta semana. Toda acción es un tremendo aporte: desde organizar paneles de discusión, debates, reuniones, expresiones  artísticas, publicaciones en redes sociales, hasta asistir a un evento. ¡Todo suma!

        Lo importante es que todas las acciones que realicemos tengan como impacto hacer conciencia sobre el acoso y sus consecuencias, cambiar actitudes y discursos, y promover cambios concretos.

        12 ideas:

        1. Comparte tu historia de acoso callejero con alguien que sepas que le vaya a impactar o incluso puedes compartirlo en tus redes sociales.
        2. Cambia tu foto de perfil de Facebook a una imagen relacionada con el acoso callejero.
        3. Twittea sobre el acoso callejero usando el hashtag #RespetoCallejero contando ideas, historias hechos, ¡todo lo que se te ocurra!
        4. Publica también en todas tus plataformas sobre el acoso callejero: blog, Tumblr, Instagram, Pinterest, YouTube, Facebook (usa también el HT), etc. ¡La idea es llenar el internet!
        5. Propaga mensajes de no acoso y de respeto en todas partes: reparte folletos en la calle, pública en tu oficina o espacio laboral, que sea tema de almuerzo, pega afiches, entre otras instancias.
        6. Organiza o asiste a un evento, como una clase de autodefensa, una charla o un taller.
        7. Realiza una encuesta en algún entorno para visibilizar si tus compañeras han sufrido acoso callejero.
        8. Organiza campañas públicas (como publicar trabajos de arte o volantes). Acá una guía (en inglés), sobre cómo trabajar el arte. ¡También es una buena idea si es que eres docente de arte!
        9. Mira o muestra un documental o película sobre acoso callejero y recomiéndala a alguien más.
        10. Si eres profesor/a, conversa con tus estudiantes sobre este tema. Una idea fácil: muestra a los estudiantes la galardonada película de cuatro minutos “Walking Home” y conversen en torno a ella.
        11. Escribe y envía un artículo de opinión.
        12. Revisa y comparte las actividades que estaremos difundiendo en nuestras redes sociales de OCAC.

        Cualquiera de estas acciones, u otra que se te ocurra a ti, es un tremendo aporte. ¡Súmate!

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          25 ciudades del país se unen a la convocatoria.

          En 1975, las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como la fecha oficial del Día Internacional de la Mujer, en recuerdo de los cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York que salieron a protestar en contra de los bajos salarios que recibían, que eran menos de la mitad de lo que percibían los hombres por la misma labor, y que terminó con 120 mujeres fallecidas debido a la brutalidad con la que la policía actuó.

          Desde ese entonces, cada 8 de marzo, se conmemora a estas valientes mujeres que se atrevieron a alzar la voz y a luchar por sus derechos, pero también se recuerda a los movimientos políticos, sociales y culturales que a través de la historia han luchado por lograr la igualdad de derechos entre hombre y mujeres.

          Es por eso que este jueves más de 150 países preparan movilizaciones para exigir demandas históricas de las mujeres. En España las organizaciones feministas, emulando la huelga simbólica de las islandesas que en 1975 paralizaron el país, llamaron por primera vez a una huelga general contra la discriminación de género bajo el lema “Si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!”. Mientras que Argentina por segundo año consecutivo realizará un paro general de mujeres; el año pasado fue bajo la consigna #NiUnaMenos y esta vez por #AbortoLegalYA.

          Chile tampoco queda ajeno a estas movilizaciones. Diversas organizaciones sociales, feministas  y sindicales estarán realizando actividades a lo largo del país para exigir un futuro más justo, menos violento y más feminista.

          Si bien en el actual Gobierno se han realizado avances como la despenalización del aborto en tres causales y la urgencia que se le dio al proyecto de ley de Identidad de Género, aún queda mucho por avanzar en temas de brechas salariares entre hombres y mujeres; en la falta de mujeres en altos puestos; en la discriminación por la maternidad; en la desvalorización del trabajo no remunerado que las mujeres hacen en las casas; en la violencia de género, en el acoso sexual callejero, entre otros.

          En ese contexto, el Observatorio Contra el Acoso Callejero de Chile (OCAC Chile) invita a hacer un alto en la rutina diaria, a reflexionar y a adherir a las movilizaciones convocadas para exigir igualdad de derechos, construir un mundo libre de discriminación y exclusión, y frenar todo tipo de violencias, en especial, las que se ejercen a diario en las calles y en el transporte público.

          Proyecto de ley Respeto Callejero

          Caminar en paz por la calle es un derecho, pero no todos ni todas lo disfrutan por igual. La primera encuesta nacional que realizó OCAC arrojó que, en promedio, las encuestadas comenzaron a sufrir acoso a los 14 años y que un 20% de las mujeres adultas lo sufrían todas las semanas. En un segundo estudio, realizado entre noviembre de 2014 y enero de 2015, llamado: “¿Está Chile dispuesto a sancionar el acoso callejero? Estudio de caracterización y opinión sobre el acoso sexual callejero y sus posibles sanciones”, se constató que tres de cada cuatro personas habían sufrido acoso sexual callejero en Chile, en los últimos 12 meses. Es decir, un 75% de la población. En el caso de las mujeres, la cifra llegó al 85% y de los hombres al 55%.

          Tras estos estudios es que en marzo de 2015 OCAC ingresó al Congreso el proyecto de ley Respeto Callejero que tipifica y sanciona el acoso sexual. Luego de un año de tramitación, la iniciativa legal fue aprobada de forma unánime en la Cámara de Diputados. Sin embargo, desde su aprobación, no ha habido voluntad política para aprobar este proyecto de ley que lleva dos años durmiendo en el Senado.

          Marchas a nivel nacional

          25 ciudades de Chile se unen a la convocatoria de la jornada de protesta del Día de la Mujeres Trabajadoras #ContraLaPrecarizaciónDeLaVida.

          calendario

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            principal testimonios nuevo

            Era una tarde cualquiera, yo iba caminando por una de las calles más transitadas de Antofagasta, hacia el dentista. Sentía las miradas babosas de algunos hombres, pero las ignoraba porque no sabía qué hacer, así que seguí caminando. Luego de un rato, pasó al lado mío un hombre de treinta y tantos años y se atrevió a tocar uno de mis senos y decirme: “me lo comería todito, mi amor”. Quedé en shock, me di la vuelta y por un rato me quedé ahí mirando cómo se alejaba como si nada hubiese hecho, como si no acabase de tocarme, de agredirme y de humillarme. Comencé a maldecir hasta a mi genética por tener muchas curvas y entre esos pensamientos, se me cruzó el “no es tu culpa”. Me decidí y comencé a correr detrás del tipo, estaba esperando el semáforo como dos cuadras más allá y yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Corrí y cuando lo tuve al lado mío, me miró y me dijo: “ah, te quedé gustando”. Me enojé y le pegué con el codo en todo lo que se llama cara. “¡Maraca de mierda, puta, zorra” y otros garabatos me siguió gritando mientras le sangraba la nariz y yo me alejaba de su lado.

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              principal testimonios nuevo

              Esto pasó en invierno. Hacía mucho frío y yo andaba demasiado abrigada. Me dirigía a mi casa, luego de salir temprano de la universidad como a las 11 y tanto de la mañana. Tomé la micro I09 en dirección a Maipú. Iba muy poca gente, así que me senté junto a la ventana para irme durmiendo en el camino.

              De repente comencé a sentir como unas cosquillas en mi espalda, pensé que podía ser la etiqueta de la camisa. Pasó un rato y en eso siento un agarrón cuático en mi guata. Me doy vuelta y veo un viejo con cara de excitado, un viejo de unos 60 años. “Conchesumadre…” pensé. Me paré rápido y veo que el viejo se estaba masturbando. Salí corriendo para delante de la micro. Quedé en shock, sólo atiné a sentarme al lado de una señora. Me sentí pésimo, un nervio cuático indescriptible, un hormigueo por todo el cuerpo. Me sentía paralizada. El viejo luego se bajó de la micro.

              La verdad, yo siempre me defendía. Soy de las que le responde a los hombres asquerosos que me gritan cosas en la calle y los enfrento. Siempre decía que si alguien me toca, le saco la cresta. Pero jamás me habían vulnerado de esa manera. Realmente, no supe qué hacer, no hice nada. Es cuático, una se siente sucia y queda temerosa de andar sola.

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                principal testimonios nuevo

                Me acaba de pasar algo terrible. Todas hemos pasado por el acoso callejero, pero este hueón me dejó mal. Estaba entrando a Dimeiggs, y como en esa tienda te ponen seguridad hasta por si acaso, preferí preguntar si vendían de los vasos que andaba buscando. Eran dos guardias: uno abuelito y muy amable, y un loco joven con pocas cejas. El segundo, comenzó tratándome de “mi reina”, “washita linda”, “washita rica”, etc. Luego me dijo que no sabía si había lo que necesitaba, así que le respondí que pusiera la seguridad a mi bolso. Andaba de cartera y cada cinta que le ponía, venía una cosa cerda que me decía al oído, como “en un ratito te voy a hacer de todo, washita”. Además, me rosaba el pecho con su mano. Quedé mal, helada, no supe qué decir, sentí impotencia. Me dije: “yo que tengo una facilidad para tirar chuchás y no salió ni una sola”. Avancé medio pasillo y colapsé.

                Salí de la tienda, entré por la otra puerta y le comenté al caballero que estaba con otro guardia en el mesón. Salí porque no quería verlo. Lloré. Dos tipos que entregaban panfletos me preguntaron qué me pasaba. Se acercó una señora y me separó de ellos, porque desconfió. Igual sentí que se aprovechaban de que estaba llorando y pensé que quizás me podían asaltar o no sé; ya no sabía qué pensar. La señora me agarró del brazo y me llevó al retén de Carabineros y me dije “por la chucha, lo único que faltaba”. Hablamos con los pacos, me calmaron y fueron a buscar al loco. Él se defendió diciendo: “yo nunca le falté el respeto ni la traté con garabatos ni nada. Yo tengo señora, tai súper mal, flaca”. A todo esto, la señora me dijo que este tipo igual la trató de “cosita rica”.

                Cuando lo vi y escuché, me sentí peor. Me dijo cosas como: “ni que te hubiera violado que le poní tanto color”. Le dije a los pacos que no lo quería ver, salí por otro lado del retén y quedaron de hablar con su jefe para que lo despidiera.

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                  El pasado 15 de junio, el Observatorio Contra el Acoso Callejero realizó una intervención en el establecimiento educacional. La charla fue convocada y organizada por las mismas alumnas y sirvió como instancia para generar consciencia respecto a la problemática que el acoso significa.

                  Las alumnas del Liceo 7 de Providencia se cansaron de las miradas con doble intención, los comentarios fuera de lugar, los actos desagradables y las relaciones inapropiadas entre profesores y estudiantes menores de edad, por lo que este año marcharon bajo la consigna “Ni me callo, ni me aguanto”, con el fin de visibilizar las más de ochenta denuncias que se han realizado por acoso sexual.

                  En este contexto, el pasado 15 de junio, a las 10 de la mañana, el Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) se dirigió a este emblemático liceo para hablar sobre acoso sexual y violencia LGTBIQ. Francisca Valenzuela, presidenta de OCAC, junto a María de los Ángeles Espejo y Graciela Madrid, ambas del equipo de intervención, lideraron la charla que se extendió por más de dos horas y convocó a 15 alumnas del liceo.

                  Javiera Prieto, del equipo de intervención de OCAC, contó un poco acerca de lo sucedido en el establecimiento. “Se invitó a las alumnas a que dibujaran una persona en un papelógrafo y escribieran como se sentían cuando han recibido acosos, la instancia sirvió para que reflexionaran y nos hicieran preguntas (…) también nos compartieron sus experiencias”, explicó.

                  Para las alumnas la instancia fue bastante significativa, Valentina Fritz, estudiante de segundo año medio del liceo, destacó lo aprendido. “La actividad fue súper informativa, nos enseñaron cómo reaccionar frente una situación de acoso sexual callejero”. Valentina también agradeció el compromiso que vio por parte del equipo de OCAC: “nos dijeron que si necesitábamos ayuda legal ellas nos podían ayudar”.

                  Por su lado, Rebeca Fernández, también alumna de segundo medio, agregó lo importante que son estas situaciones educativas, ya que “la violencia se había normalizado y estas actividades nos sirven para que eso pare”. Además señaló que en un futuro le interesaría que en el establecimiento se pudiera realizar un foro sobre violencia en la pareja.

                  Situaciones de violencia de género como ocurren en el Liceo 7, son más comunes de lo que se cree, por eso es muy importante que las escuelas entreguen las herramientas necesarias para que las alumnas/os puedan defenderse y protegerse. Para el equipo de OCAC aún queda mucho trabajo por hacer, “la idea es realizar otra jornada donde se toque temas más jurídicos”, finalizó Javiera Prieto.

                  Por Vicente Gutiérrez.

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                    Hoy - miércoles 17 de mayo- se conmemora la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1990.

                    Cada año, desde el 17 de mayo de 1990, se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia y la Transfobia con diversos actos y manifestaciones, cuyo fin es promover la defensa y la garantía de los derechos de las diversidades sexuales.

                    En nuestro país la fecha contará con la campaña “Chile Diverso”, que se traducirá en la iluminación de La Moneda y la proyección de los colores del arcoíris en el Facebook y Twitter de Metro. Además, en todas las pantallas de acceso a las estaciones se leerá la frase “#LaDiscriminaciónSeQuedaAbajo”.

                    La campaña también vendrá acompañada de un video, que desde ayer se comenzó a difundir en redes sociales y en todos los andenes del Metro, donde se apela al respeto de las diversas formas de amar y construir familia. Hasta ahora 73 instituciones se han sumado a la campaña, que tendrá su acto central hoy a las 19:00 horas en el frontis de La Moneda.

                    Sin embargo, para la presidenta de la Fundación Transitar y primera candidata a concejal trans por la comuna de Santiago, Niki Raveau, pese a los amplios esfuerzos realizados, aún falta un largo camino que recorrer. “Hoy se celebra el retiro de la homosexualidad como patología psiquiátrica. ¿La población trans celebrará estando todavía dentro del manual? Se trata de un día contra la discriminación. También incluye la Bifobia: pocas veces se recuerda a las personas bisexuales. Hoy como fecha de calendario, es un día más para seguir luchando y revisar cuanto han avanzado las demandas, los derechos y las libertades civiles”, expresa Raveau.

                    En esa línea, como Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) nos sumamos desde nuestro frente de lucha a la conmemoración de esta importante fecha y condenamos todo acto de violencia contra miembros de la comunidad LGTBI, quienes hoy siguen sufriendo discriminación, estigma, maltrato y violencia en distintos ámbitos de la vida, incluyendo el acoso sexual callejero.

                    Respecto a este último punto, la directora de Estudios de OCAC, María José Guerrero, estima que es importante reflexionar sobre las particularidades que tiene el acoso callejero del que son víctimas las diversidades sexuales. Ello, porque “el acoso sexual callejero se suele ver sólo desde una mirada heterosexual, pero hay que considerar que no se refiere al deseo de un hombre hacia una mujer, sino que con aspectos normativos, y dentro de ellos correctivos cuando se desvían de lo hegemónico”.

                    A modo de ejemplo, explica María José, “cuando en la calle alguien le grita a dos mujeres lesbianas ‘te falta pico’ no es sólo porque hay un deseo puesto en esos cuerpos, un deseo heterosexual, la fantasía, sino que también es porque se espera corregir esos cuerpos; quieren que las mujeres sigan performando como mujeres y los hombres como hombres. En ese sentido, es posible decir que el acoso sexual es una de las tantas formas de patriarcado para mantener la norma“, concluye la directora de Estudios de OCAC.

                    Foto: forward.com

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                      principal testimonios nuevo

                      Me dirigía al Metro Macul a eso de las 8:00 de la mañana, vistiendo un abrigo y calzas de polar (lo explicito para que no aparezca el comentario de la vestimenta que tan usualmente se utiliza para culpabilizar a la víctima). Cuando pasaba frente a un supermercado, un tipo en bicicleta de unos 40 años de edad me detuvo para preguntarme una dirección. Me saqué los audífonos y traté de guiarlo. Hasta ahí todo bien, pero cuando me dio la mano para darme las gracias, me jaló hacia él para darme un beso en la boca. Yo sólo atiné a apartarme y di un grito agudo de sorpresa y miedo. El tipo se volvió a acercar para tratar de darme nuevamente un beso y yo me fui lo más rápido que pude. Mientras me alejaba me gritaba “un besito en el chorito”.

                      La situación me dejó en shock y sentí rabia conmigo misma por no haber reaccionado de otra forma (siempre llevo conmigo un gas pimienta para un eventual peligro). No obstante, lo que más me molestó fue la reacción de algunos amigos varones e incluso un chico con el que estoy saliendo, quienes se rieron de la situación, pese a lo vulnerada que me sentí. Ahora me da miedo ayudar a la gente en la calle por el temor a que me ataquen de nuevo.