Hace unos días, el medio británico ‘‘The Independent’’ publicó una noticia sobre el debate desatado por la estrella televisiva de Disney de solo 13 años sobre el ‘‘feminismo de blancas’’ al responder a una fan con un asombroso texto que abordaba la segregación racial, la brutalidad policial y los derechos de las transgéneros y transexuales.
En el medio se mostró cómo la actriz Rowan Blanchard, que hace el papel de Riley Matthews para el canal Disney en ‘‘Girls Meets World’’, sorprendió a sus fans con su respuesta elocuente y elaborada a la pregunta sobre cómo las corrientes dominantes feministas podían excluir a las mujeres afroamericanas o a aquellas que pertenecen a la comunidad LGBT. Ella destacó la desigualdad con respecto a las escalas salariales para las mujeres blancas y las afroamericanas, y planteó que la segregación racial y la brutalidad policial no son normalmente aceptadas como una problemática dentro del ‘‘feminismo de blancas’’, por lo que deben ser reconocidas y tratadas como tal. Asimismo agregó que las mujeres transexuales y transgéneros son igualmente oprimidas y deben ser protegidas debido a que tienen un riesgo mayor de sufrir agresiones sexuales y violencia, felicitando al feminismo interseccional por su naturaleza mayormente inclusiva.
Al destacar la apropiación cultural, su respuesta también hacía referencia al video de Amandla Stenberg ‘‘Don’t Cash Crop My Cornrows’’ (‘‘No comercialices mis trenzas africanas’’) y a la reacción posterior, en la que algunas personas la catalogaron como una ‘‘chica negra enojada’’. Finalmente concluyó con la frase: ‘‘Ver el feminismo desde sólo un punto de vista en el que la definición literal es la igualdad de los sexos, no es feminismo para nada. Es necesario hablar más sobre esto. Los debates conducen al cambio’’.
Sin embargo, la falta de consideración hacia las mujeres de distintas realidades no se encuentra alejada de nuestra realidad. Según un reportaje de investigación de Ciper, en Chile muchas inmigrantes ejercen el comercio sexual, oficio que no está penalizado, pero que tampoco está normado. Una realidad que, en términos legales, está enclavada en tierra de nadie y donde los abusos y violaciones a los derechos fundamentales de estas mujeres están a la orden del día. Pero esta no es la única forma de abuso hacia una gran cantidad de mujeres de nuestro país, ya que cuando se trata de la infracción de los derechos laborales, también nos encontramos con las trabajadoras de casa particular.
Imagen: Weloversize