La segregación por sexos en el transporte público no funcionará en el Reino Unido ni en ningún otro país, según una experta.
Hace un par de semanas, la fundadora de la organización internacional ‘‘Stop Street Harassment’’, Holly Kearl, se refirió a los dichos del líder del Partido Laborista del Reino Unido Jeremy Corbyn, en los que reveló un plan para ‘‘terminar con el acoso callejero’’. Entre las medidas sugeridas, el político planteó llevar a cabo campañas de sensibilización pública, garantizar que los asuntos de seguridad pública sean debidamente representados y tratados por los líderes políticos nacionales, y finalmente planteó la idea de implementar transporte público ‘‘exclusivo para mujeres’’. Esto generó un debate en el Reino Unido y a nivel internacional.
Holly no demoró en visibilizar su punto de vista sobre el tema, exponiendo que el acoso callejero desde hace mucho tiempo ha sido considerado como un ‘‘halago’’ o un malestar menor; algo que las personas deberían ‘‘superar’’. Sin embargo, muchas organizaciones y personas ahora están en desacuerdo con esta caracterización y Corbyn es uno de los que últimamente ha catalogado al acoso callejero como un problema serio. Kearl señaló que si bien era maravilloso que el político estuviera considerando este asunto, era un problema que tanto Corbyn estuviera considerando la idea de implementar transporte público exclusivo para mujeres .
Ella indicó que la segregación de sexos en el transito público no es una idea nueva. Grandes ciudades en más de 15 países han implementado esta medida debido a que es muy común el acoso sexual en espacios públicos. Entre algunos de los países en los que opera el servicio de buses ‘‘solo para mujeres’’ se encuentran Bangladesh, Guatemala, India, Indonesia, México, Pakistan, Tailandia y los Emiratos Arabes. Y en el caso de los países que tienen servicios de carros subterráneos o trenes se encuentran Brasil, Egipto, Irán, Japón, Malasia, México, Nepal y Rusia. En estos países, son varias las personas que han expresado su apoyo a esta medida, aunque no hay duda que cuando se enfrentan enormes multitudes de gente y acoso constante, cualquier cosa que ofrezca un respiro parecerá atractivo.
Holly señaló que se generan importantes problemas con esta medida y su ejecución. En primer lugar, con la división del transporte público se asume que el sexo y el género son binarios, y no considera a personas de la diversidad sexual. Tampoco se considera a los hombres que han sido agredidos y acosados, casos que se dan, a pesar de ser menos. Esto aplica especialmente en las personas que son (o son percibidos como) gays, bisexuales, queers, transgéneros y afeminados.
En segundo lugar, la políticia de segregación de sexos no previene que las mujeres sean acosadas en los andenes o en los paraderos de buses. Pallavi Kamat, una corresponsal india del blog ‘‘Stop Street Harassment’’, escribió sobre su experiencia y lo que presenció en Mumbai, India: ‘‘Las mujeres continúan enfrentando el acoso cada vez que se suben al tren diario. Esto se puede presentar cuando el área de hombres se encuentra junto al de mujeres, por lo que se produce acoso verbal y ‘piropos’. A menudo cuando el tren se detiene en una estación en particular, algunos hombres en el andén que pasan por al lado de las mujeres, les dicen comentarios lascivos y les susurran’’.
Por lo tanto, la ausencia de acoso en los carros ‘‘solo para mujeres’’ ni siquiera está garantizada. Tanto en Delhi como en el Cairo, es común ver que las mujeres tienen que ahuyentar a acosadores que tratan de subir a sus espacios.
En tercer lugar, no todas las mujeres pueden utilizar esta opción de transporte público. Debido a que el transporte ‘‘exclusivo para mujeres’’ sólo es implementado en la hora punta, en las vías principales de buses y en algunos carros del metro, hay muchas mujeres que se valen por sí mismas en los carros mixtos. El año 2010 en Japón, las mujeres señalaron en un taller sobre el acoso callejero que la segregación de sexos ‘‘no resolvía nada’’. Una de ellas dijo: ‘‘las mujeres que eligen no viajar en buses ‘solo para mujeres’ a veces son vistas como un blanco fácil; es la lógica del ‘¿por qué están aquí sino para ser manoseadas?’’’.
En cuarto lugar, no considera el problema base del por qué se produce el acoso y por lo tanto, no resuelve el problema. Simplemente les atribuye la responsabilidad a las mujeres de protegerse a sí mismas, en vez de atribuírsela a los acosadores para que cambien su comportamiento. Notablemente, una década después de que en Tokio se implementaran los carros de metro ‘‘solo para mujeres’’, una encuesta de YouGov realizada el 2014 ubicó a Tokio entre una de las primeras cinco ciudades del mundo donde se producía la mayor cantidad de acoso físico en el transporte público.
Holly finalizó diciendo que admiraba que los políticos quisieran abordar el acoso callejero, sin embargo en lugar de la segregación de sexos, ella sugería algo más complejo: comenzar a educar en las escuelas sobre las diferentes formas de acoso sexual, sobre el respeto, el consentimiento y sobre cuáles son los derechos de una persona que enfrenta acoso. Es necesario que existan campañas de servicio público que motiven a las comunidades a no tolerar el acoso y a denunciarlo en el caso de que la familia, los amigos o los colegas formen parte de este comportamiento inapropiado. También es necesario que los medios de comunicación y las empresas no presenten el acoso callejero como una broma o un halago en los shows de televisión, las películas, las canciones y la publicidad. Kearl señaló que es un largo camino por recorrer, pero que el camino será aún más largo si se implementan soluciones ‘‘parche’’ como el transporte público ‘‘solo para mujeres’’.
Imagen: Mujeres japonesas en el metro, TakePart.