“Tantas veces escondí mi cuerpo y tuve el temor de vestir con lo que me sentía cómoda”
Me llamo Tatian, tengo 17 años y hace unos años empezó mi adolescencia, una etapa donde experimentamos, maduramos y principalmente desarrollamos nuestros cuerpos, pasamos de ser niñas a mujeres. Recuerdo que cuando era chica, a pesar de mis pretensiones, de mi forma de vestir y ser, jamás recibí un “qué linda estás” por parte de algún amigo o algún chiquillo. Menciono esto porque al comenzar mi adolescencia crecieron y tomaron forma distintas partes de mi cuerpo y con ello empecé a recibir más “piropos” o “halagos” por parte de amigos, conocidos y hombres totalmente desconocidos en la calle, en ese momento me di cuenta de que había crecido. En temas de estándares y prototipos de belleza, nunca creí que al llegar a mi adolescencia sería reconocida por mi cuerpo y no por mis crecimientos personales.
Muchas veces me llamaron gorda/fea, flaca/linda y santa/puta, sólo por mi aspecto físico o por cómo me vestía. Hubo días en que me sentí cómoda utilizando short y poleras cortitas, otras donde me sentí acosada por cómo me observaban y opinaban sobre mí, por como me vestía. Fueron miles de veces las que sentí el acoso a mis cortos 15, 16 y 17 años, tantas veces escondí mi cuerpo y tuve el temor de vestir con lo que me sentía cómoda, tantas veces me rechacé como mujer, todo esto por miedo.
Hoy estoy en una nueva etapa, decidí respetarme y parar el acoso que me violenta. Empecé por mirarme al espejo y sentirme linda, a entender que yo y sólo yo me debo aceptar y valorar como persona, me vestí como quise, me expresé verbal e ideológicamente de todas las formas posibles y me sentí libre.
Buscamos sentirnos plenas, libres y MUJERES. Eduquemos a no violar, a no acosar y a respetarnos. Dejemos de prohibir a nuestras hermanas que se muestren. No quiero seguir ocultándome, ni sentir que otras mujeres también se ocultan. No quiero salir a la calle con temor, ni sentir que otras también lo tienen. Quiero mostrar la mujer que soy y sentir que otras mujeres se muestran como tal. Quiero caminar libre, disfrutar del viento y el sol en mis piernas, brazos, pecho y en todo mi cuerpo como también quiero que otras mujeres disfruten así.
Alcémonos, démosle un fin a esta esclavitud, represión y violencia, seamos valientes y luchemos contra la misoginia y una vez por todas ¡ser libres y expresarnos en todas nuestras curvas y colores!