“El tipo me pegó un agarrón que me hizo saltar, me di vuelta y le pegué un cornete en la cara”
Hace un mes, un tipo se subió en la estación Salvador y venía rozándome con su entrepierna todo el rato en el túnel. Yo me corría y estaba tan apretada, que no lograba zafar. Finalmente me bajé en Manuel Montt y al abrirse las puertas el tipo me pegó un agarrón que me hizo saltar. Me di vuelta y le pegué un cornete en la cara -tengo tres hermanos hombres, así que de chica supe pegar combos- y le grité “sicópata asqueroso”. La gente me aplaudió y le gritaban cosas al estúpido. Lo malo es que lo acusé con el guardia y él me dijo que no podía hacer nada. Me sentí pésimo por ser violentada así y de llegar tan lejos en mi reacción a golpes, pero ya sufrir casi todos los días esa intimidación, en todos lados, por parte de hombres que se sienten con el derecho a invadir nuestro espacio y calma, ya nos hace caminar a la defensiva.